En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la gente, una mujer de entre el gentío, levantando la voz, le dijo: “Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron”. Pero Él dijo: “Mejor, bienaventurados los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen”.
Palabra del Señor.

