Pasar al contenido principal

EVANGELIO DE HOY 31 DE AGOSTO 

EVANGELIO DE HOY

Del santo Evangelio según san Lucas 4, 38-44

En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, entró en casa de Simón. La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y le pidieron que hiciera algo por ella. Él, de pie a su lado, increpó a la fiebre, y se le pasó; ella, levantándose enseguida, se puso a servirles. Al ponerse el sol, los que tenían enfermos con el mal que fuera se los llevaban; y Él, poniendo las manos sobre cada uno, los iba curando. De muchos de ellos salían también demonios, que gritaban: “Tú eres el Hijo de Dios”. Los increpaba y no los dejaba hablar, porque sabían que Él era el Mesías. Al hacerse de día, salió a un lugar solitario. La gente lo andaba buscando; dieron con Él e intentaban retenerlo para que no se les fuese. Pero Él les dijo: “También a los otros pueblos tengo que anunciarles el Reino de Dios, para eso me han enviado”. Y predicaba en las sinagogas de Judea.

Palabra del Señor.

También a los otros pueblos tengo que anunciarles el Reino de Dios, para eso me han enviado”